El MoDiStO qUe DiÓ aLaS a La MuJeR
El mundo de la moda está de luto. Dos semanas han pasado desde que Yves Sant Laurent nos dejara. El modisto que dio aires de libertad a la mujer, fallecía en Paris a causa de un tumor cerebral el pasado domingo 1 de junio a los 71 años, así lo indicaba su ex amante y socio durante más de 40 años, Pierre Bergé.
Si hacemos un recorrido por la vida y obra de este gran diseñador, uno de los hombres más influyentes de la moda del siglo XX, lo primero que se me viene a la cabeza es la mezcla de feminidad y masculinidad en su estilo. Un estilo que le ha llevado al éxito absoluto.
Yves Saint Laurent ha dejado un legado de éxitos históricos en la indumentaria femenina. La sahariana, el esmoquin, la cazadora negra, o las bermudas. Nadie ha sabido triunfar como él, aunando atrevimiento y elegancia a la vez, convirtiéndose así, en inspiración para otros muchos creadores posteriores.
Visionario de tendencias, Saint Laurent, nació en Orán, Argelia, el 1 de agosto de 1936, en el seno de una familia acomodada. Ese niño, solitario y tímido, se fascinó muy pronto por la ropa. A los 17 años, en 1953 llegó por primera vez a París, con un sólido cuaderno de bocetos bajo el brazo.
En pocos meses, el redactor jefe de Vogue publicó sus modelos, y un año después, ganaba en tres de las cuatro categorías de un concurso de diseño de París. Algo que llamó la atención al gran diseñador Christian Dior, quien confió en él, y lo contrató en su taller. Tres años después, Saint Laurent dirigía la firma, a la muerte de Dior.
Esta escalada rápida y vertiginosa, fue truncada en 1960. La guerra de la independencia de Argelia llamó a Saint Laurent al campo de combate. Por suerte, pudo salir tres semanas después por motivos de salud, pero ya era tarde para recuperar su antiguo empleo. En su regreso a París, Dior ya le había encontrado un sustituto, Marc Bohan.
Situación que provocó lo que hoy en día agradecemos tantos, Saint Laurent decidió fundar su propia casa de costura con el respaldo económico de su socio Bergé y sus fieles seguidoras.
Los 60: un mundo hambriento de originalidad.
El diseñador francés emergió así, en un mercado de cultura pop alimentado por el boom económico y un momento en el que las mujeres encontraron nuevas brechas de libertad. Los míticos 60, un mundo hambriento de originalidad. Y en los 70, ya había dominado el mundo, penetrando en el mercado japonés, surcoreano y taiwanés.
La armonía entre el cuerpo y la prenda, lo que Yves Saint Laurent bautizó como “el silencio total de la ropa”, se mantuvo en todas sus colecciones. Sus “looks” tenían una imagen muy definida, siempre apostando por hacer de lo masculino, ultrafemenino.
Amante de lo exótico, Saint Laurent, además dejó traslucir en sus creaciones su amor por el arte, al que dedicó colecciones enteras inspiradas en Mondrian, Picasso, Braque o Andy Warhol.
Pero como no es oro todo lo que reluce, su carrera también estuvo salpicada de controversia. En 1971, una colección inspirada en el estilo de la Segunda Guerra Mundial fue muy criticada en Estados Unidos, mientras que su perfume “Opium”, le valió acusaciones de estar atentando el consumo de droga.
Y por si fuera poco, su vida personal ha estado supeditada a una larga depresión. Algo que se puede deber a sus vivencias traumáticas en la adolescencia, al sufrir el acoso y la mofa de sus compañeros de colegio por su homosexualidad.
Cuatro décadas en la cumbre.
Considerado como uno de los últimos símbolos de la generación de modistos que hizo de París la capital mundial de la moda, junto con otros como Christian Dior, Pault Poriet o Coco Chanel, Saint Laurent se retiró de la alta costura en 2002 después de cuatro décadas en la cumbre, vistiendo a figuras como Catherine Deneuve, Paloma Picasso, Bianca Jagger o Lauren Bacall.
Hoy, el maestro ha muerto, pero atrás nos deja su maravilloso y extenso legado. Saint Laurent ha marcado tendencias en el pasado, y seguramente, lo hará en el futuro. Y es a él a quien debemos agradecer el cambio para siempre de la manera de vestir de las mujeres, imponiendo en la alta costura un estilo más adecuado a la vida contemporánea.
Gracias Saint Laurent.
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